ULA 20992
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Describir brechas o desafíos identificados que serán abordados por el proyecto, fundamentado la articulación con la línea de acción priorizada para la Convocatoria 2020.

La Universidad posee una experiencia y capacidades acotadas sobre educación a distancia. Desafortunadamente, la presente pandemia demostró que este sistema era poco robusto y de baja cobertura. La Institución poseía una plataforma tecnológica que soportaba parcialmente actividades virtuales de los cursos de pregrado de la Universidad. Esta plataforma, sin embargo, era usada muy mínimamente y contaba con una capacidad de conectividad y cobertura mínimas. La pandemia forzó la reconversión de todos los programas de formación de pregrado y postgrado en muy poco tiempo, y la Universidad pudo resolver adecuadamente la cobertura de su oferta. Hoy, el 100% de los cursos de la Universidad se encuentran virtualizados. Sin embargo, la primera brecha que es necesario avanzar en aspectos que van más allá de la cobertura de los servicios, tales como la revisión de metodologías innovadoras de enseñanza-aprendizaje, la optimización de la gestión académica y del currículum, la adecuada utilización de las tecnologías de la información y recursos del aprendizaje, y la construcción de capacidades de largo plazo de soporte para docentes y estudiantes, asociados al proceso de adaptación requerido como consecuencia de la migración a plataformas de enseñanza a distancia.

Ello requiere de la adquisición y el desarrollo de nuevas capacidades institucionales, tales como recursos técnicos, profesionales y académicos que orienten el quehacer institucional en la educación virtual, así como nuevas capacidades tecnológicas que permitan el despliegue y la calidad de los servicios de educación a distancia. Todas estas líneas de mejorar son líneas de acción priorizadas en la convocatoria de los proyectos del Plan de fortalecimiento 2020.

Una segunda brecha que este proyecto enfrentará, es la escaza oferta sistemática y valorada de programas de formación continua. Si bien la Universidad posee políticas, estructuras y recursos dirigidos a la formación contínua, la oferta de programas está aún lejos de satisfacer la alta demanda, especialmente de los egresados de la Universidad. Este es un aspecto crítico, identificado por el Informe de Autoevaluación Institucional este año 2020. Sólo el 53% de los egresados encuestados en el marco de la construcción de este informe considera que oferta de cursos de la Universidad les permiten continuar profundizando sus conocimientos y competencias profesionales. Esta línea de acción es parte del Plan de Mejoramiento Institucional 2020.

Una tercera brecha que la Universidad enfrentará con este proyecto es el fortalecimiento de la formación integral de sus estudiantes. La Formación Integral de la Institución constituye un componente central del Modelo Educativo Institucional, al propiciar que los/as estudiantes desarrollen competencias y actitudes integrales, que valoren y promuevan el respeto a la democracia, a los derechos humanos, los derechos de los pueblos originarios, y de las personas, independientes de su lugar de origen y/o de su género. Estos valores institucionales se logran a través de cinco competencias que promueven el ejercicio del buen vivir, la equidad, la justicia social, la igualdad, de género y la sostenibilidad del territorio. Las competencias que la formación integral que la universidad cultiva son la orientación a la calidad, aprende a aprender, comunicación, inglés y ciudadanía. Estas competencias constituyen un área curricular obligatoria, tanto en las carreras profesionales como técnicas, resguardando las particularidades de cada nivel formativo. Se implementan en el curriculum a través de asignaturas obligatorias y otras de carácter electivas. Una de las áreas de mejora, asociadas a la oportunidad del uso del potencial de la virtualización de la docencia, es la posibilidad de otorgar mayor flexibilidad curricular para que los estudiantes puedan adquirir las competencias de la formación integral a lo largo de la curricula y con mayores oportunidades de acceso de los estudiantes a los cursos y actividades formativas.

Una cuarta brecha que la Universidad enfrentará en este proyecto es la falta de un marco orientador y estructura que oriente todo el quehacer de la educación a distancia en la Universidad. La Universidad carece de un marco de política que oriente el quehacer formativo a distancia. Del mismo modo, la institución cuenta con núcleos de trabajo (académicos y profesionales) dispersos que cuentan con experiencias más bien acotadas en el desarrollo de programas o cursos virtuales. Algunos de estos núcleos de trabajo son el Centro de Recursos de Enseñanza y Aprendizaje (CREA), que durante años ha sostenido las plataformas e-learning de la Universidad, así como la asesoría en el uso de tecnologías de información, el desarrollo de cursos multimedia; la Dirección de Formación Continua, que ha desarrollado cursos de educación a distancia y actualmente se encuentra desarrollando una nueva oferta sustentada en mayores estándares de calidad; el equipo académico de la Sede Santiago, que ha desarrollado cursos de educación a distancia; el Centro de Formación Integral, especialmente la línea formativa en Inglés, que ha virtualizado 40 cápsulas para el autoaprendizaje de los estudiantes. Si bien estos esfuerzos son iniciativas que han sido bien evaluadas por los usuarios, la Universidad requiere construir un marco de política de su educación a distancia, que permita orientar el trabajo bajo criterios y estándares para toda su oferta de pregrado, educación continua y postgrado. Del mismo modo, es necesario, estudiar y definir las estructuras organizacionales que sostendrán las capacidades institucionales para la educación a distancia.

Codigo
ULA20992

Dirección
Vicerrectoría de Planificación y Desarrollo

Monto Mineduc
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Monto Universidad
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Monto Total